Nuestro país se
encuentra una vez más atravesando un complejo proceso de restructuracion de su
deuda externa. Días atrás alcanzo un importante y beneficioso acuerdo con los
bonistas privados y en los próximos meses habrá de comenzar la negociación con
el FMI. En este contexto el inalterable ministro Guzmán, menciono que debemos
lograr un “Nunca Más” de los ciclos de sobreendeudamiento en nuestra nación.
Coincidiendo con lo señalado por el
ministro, opino que para lograr tal importante objetivo, debemos efectuar como
sociedad, un detallado racconto de lo sucedido en materia de endeudamiento en
la historia reciente de nuestro país, a
los efectos de poder identificar a los responsables y no volver en consecuencia
a cometer los mismos errores. En mi apreciación, los hechos nos muestran
que estos causantes tienen nombre y apellido, me refiero a los gobiernos
neoliberales, a los que podríamos llamar los sobrendeudadores seriales.
Nuestro país al
igual que el título del libro de Alvin Thoffler, ha sufrido en su historia
reciente, tres olas de gobiernos neoliberales.
Una primera ola desde 1976 a 1983 encabezada por un gobierno cívico militar
denominado Proceso de Reorganización Nacional; una segunda ola desde 1989 hasta
2001 encabezada por Carlos Menen y Fernado de la Rúa y una tercera que comenzó
en 2015 y concluyo en el 2019 conducida por Mauricio Macri. Estas
tres olas neoconservadoras, no solo han sobrendeudado al país logrando una deuda
extraordinaria e insustentable, sino que de manera simultánea, han dañaron severamente
el tejido productivo, laboral y social, logrando en consecuencia, índices de
desocupación, pobreza estructural, desnutrición infantil, indigencia, deserción
escolar inseguridad y desigualdad social desconocidos hasta entonces. Han
logrado degradar significativamente a nuestra nación colocándola en una
situación de vulnerabilidad económica, social y política que históricamente no
poseía.
El proceso de
reorganización nacional, creo la teoría de Guillermo O’ Donnell, un
estado burocrático autoritario. Por primera vez en un gobierno militar
aparecerían los representantes de los grandes capitales nacionales ocupando significativos
lugares de gobierno; Martínez de Hoz (Acindar) y Domingo Cavallo (Arcor)
son dos claros exponentes de lo mencionado. Al inicio de su fatídico
periodo, el país poseía una deuda
externa de 4.890 millones de dólares. Sus índices de pobreza estaban en el
orden del 4,6% por ciento y su desocupación era del 3% por ciento
aproximadamente. Su política económica basada en las ideas neoliberales, destruyo la
industria nacional al abrir inusitadamente las importaciones, logrando que
miles de pequeñas y medianas empresas colapsaran. Cuando finalizo dicho
gobierno de facto, la deuda externa era de 65.300 millones de dólares, la
pobreza era del orden del 37% por ciento y la desocupación estaba en el orden
del 9 %. Tras más de 7 años de dictadura militar la deuda pública había crecido
al 64,2 % del PIB en 1983. Asimismo la tasa de inflación era superior al 400 %
y la deuda externa llegaba al 49.6 % del PBI, ahogando las finanzas públicas.
La segunda ola
neoliberal comenzó en 1989 con Carlos Menem. Dicho gobierno llevo a cabo las
políticas dictadas por el Consenso de Washington, produciendo una ola de
privatizaciones de las empresas estatales, el despido de miles de trabajadores públicos,
una apertura económica desmedida que fracturo la matriz industrial e
inconmovibles medidas de ajuste en perjuicio de las clases populares. Al
igual que el gobierno neoliberal anterior, su cartera económica estuvo manejada
en un principio por Bunge y Born, sin embargo su ministro de economía estrella,
fue el ya conocido por entonces Domingo Cavallo. Los resultados del
menemismo fueron desbastadores; dejo el doble de deuda externa (145.000
millones de dólares), una pobreza del 36% y una indigencia del 8,6% y una desocupación del
14,5%. Este periodo a pesar que en el año 1999 gano la Alianza (UCR- Frepaso) continuo
con las mismas recetas neoliberales, a tal punto que tuvo a Domingo Cavallo
como ministro de economía. Cuando finalizo el infausto gobierno tras el
estallido del 2001, la deuda externa era de 132.000 millones de dólares, la
desocupación del 18,3% y la pobreza en
el 36% llegando a casi el 54% en 2002.
Tras un periodo
de catorce años, volvimos ingresar en la tercera ola neoliberal encabezada por
Mauricio Macri (Juntos por el Cambio).
En
este gobierno también reaparecieron economistas vinculados a los grandes grupos
concentrados de la economía como Alfonso Prat-Gay (apoderado del grupo Fortabat) y
Federico Sturzenegger (participo junto con Cavallo del megacanje del 2001). Solo para citar algunos de los
resultados de esta última ola, podemos mencionar que tomo deuda por más de
140.000 millones de dólares (entre ellos el préstamo del FMI). Genero a través de la liberalización
del mercado de cambios, una fuga de más de 80.000 millones de dólares. En el
año 2019, la pobreza llego a más del 35% en promedio y el desempleo al 10%,
dado que casi 25.000 empresas cerraron durante los cuatro años de mandato. En
el año 2107 la agencia Bloomberg coloco a la Argentina en el primer lugar de la
lista de países emergentes en cuanto a su nivel de deuda. En 2018 la economía
nacional de Argentina fue calificada como hiperinflacionaria por el organismo
regulador de Estados Unidos, la Security and Exchange Commission. En tanto el
peso fue la moneda de peor desempeño en el mundo en 2018 y 2019.
En los últimos
44 años las tres olas neoliberales tuvieron idéntico resultado; sobreendeudamiento
que derivó en un fuerte aumento de la deuda externa, fuga de capitales,
especulación financiera, altos índices
de inflación, cierre de industrias y comercios, aumento del desempleo, de la
pobreza e indigencia. Puede afirmarse entonces, que han sido los
grandes responsables de la situación de vulnerabilidad económica y social tanto
estructural como actual que tenemos.
El
sobrendeudamiento en argentina es sinónimo de Neoliberalismo. Gobiernos de facto, justicialistas, radicales y de Juntos por el
Cambio fueron exponentes de esta ideología, la cual no necesita ya golpes de estado para llevar a
cabo sus recetas económicas de ajuste y endeudamiento. Lograr un Nunca Más del
sobrendeudamiento en nuestro país, requerirá
no solo de la responsabilidad de los gobernantes, sino esencialmente de la sociedad en su conjunto, la
que deberá organizarse para impedir que gobiernos irresponsables hipotequen
nuestro futuro como nación.
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