“Tenemos el 41% de los votos” se
escucha decir de manera muy asidua a los integrantes de Juntos por el Cambio,
frase que utilizan para argumentar que cuentan con un porcentaje de votos muy similar al del Frente de Todos. Se intenta mostrar un Maurico Macri que a pesar de la derrota electoral sufrida a manos
de Alberto Fernández, cosecho un alto porcentaje de votos que lo posiciona como el líder indiscutido de
la oposición.
Partiendo de este contexto,
entiendo que se hace necesario efectuar un análisis de algunas cuestiones, que
nos muestran que la fortaleza de Mauricio
Macri no es tal como se intenta demostrar por sus seguidores y socios
políticos y que se parece más a una operación política y mediática que a la
verdad misma.
Mauricio Macri es el primer presidente argentino que buscando su
reelección como tal, es derrotado electoralmente; dicha situación deja a las
claras que su gestión como primer mandatario no fue avalada por la mayoría de
la sociedad producto de sus errores, desaciertos y promesas incumplidas. Segundo; en relación a lo
anterior, puede decirse que creer que los casi once millones de votos obtenidos
en las elecciones presidenciales son producto de los logros de su gobierno, es
un pensamiento cuanto menos ingenuo; dentro de dicho porcentaje obtenido, hay
un porcentaje - algo difícil de cuantificar por cierto- que ha votado no a
favor de Mauricio Macri, sin en contra de Cristina Fernandez de Kirchner y en consecuencia del Frente de
Todos. Esta cantidad no menor de argentinas y argentinos anti kirchneristas y
anti peronistas, han votado por el único de los candidatos que contaba con
posibilidades ciertas de impedir el retorno de los actores políticos
enunciados; en conclusión, el casi 41 por ciento de los votos obtenidos, no
pueden entenderse como propios de un apoyo a Macri y su gestión de gobierno.
Tercero; si analizamos el porcentaje de
votos obtenidos por Juntos por el Cambio y lo comparamos con el porcentaje
histórico de votos obtenido por los oficialismos desde 1983 a la fecha, podemos
observar que dicho porcentaje esta dentro de los rangos históricos; Angeloz en
1989 en plena hiperinflación obtuvo un 37 por ciento de los votos; Duhalde en
1999 luego de una década de gobierno menemista, obtuvo algo más del 38 por
ciento de los votos; Scioli en el año 2015 siendo el candidato del frente para
la victoria, obtuvo el 37 por ciento de los votos en primera vuelta. Estas
cifras nos muestran a las claras que desde el retorno de la democracia, los oficialismos obtienen cerca del 40 por
ciento de los votos, con lo cual el 40.28 por ciento de los votos obtenidos por
Macri en octubre pasado, no hace más que reforzar esta tendencia.
Siguiendo con este último punto,
es interesante ver que sucedió con los candidatos oficialistas derrotados; es
decir si pudieron capitalizar el porcentaje de votos obtenidos y posicionarse en consecuencia como jefes opositores,
o si por el contrario solo fueron catalizadores circunstanciales del apoyo de
una parte del electorado. La historia nos muestra que salvo el caso excepcional
de Eduardo Duhalde quien producto del estallido del 2001 se convirtió en
presidente de la nación –pero que antes
de esa situación, su liderazgo político venía en baja- , el resto de los
candidatos –Eduardo Angeloz y Daniel Scioli-
no solo no pudieron convertirse en jefes de la oposición, sino que sus figuras
se erosionaron rápidamente, al punto tal que hoy en dia Daniel Scioli es
rescatado por el actual presidente para colocarlo al frente de una embajada.
En síntesis, creer que por el
resultado obtenido en las urnas en el mes de octubre pasado, Mauricio Macri, se
convierte en el líder de la oposición, es un análisis algo simplista; La
historia nos muestra que los oficialismos, aun en la derrota, obtienen un
porcentaje alto de votos. Pero también nos muestra, que esos candidatos no pueden
a posteriori capitalizar el porcentaje de votos obtenidos y en consecuencia, convertirse en líderes o jefes de la
oposición; por el contrario, sus figuras y su capital político se han
erosionado rápidamente y quedan como los candidatos oficialistas derrotados.
Esta claro que Mauricio Macri a
diferencia de los anteriores candidatos oficialistas, ocupo la presidencia de
la nación y eso lo hace muy diferente al resto, pero también es cierto, que fue
el primer presidente en nuestro país que al buscar su reelección cae derrotado
electoralmente en primera vuelta.
El porcentaje de votos obtenidos
por Mauricio Macri en octubre pasado,
no es inalterable, sino que por el contrario, es un porcentaje de votos en
donde el antiperonismo y antikirchenismo jugaron un importante papel y en consecuencia, pueden
emigrar hacia otro candidato en las próximas elecciones. Pensar que el
porcentaje de votos obtenidos lo convierte automáticamente en jefe de la
oposición, es a mi entender erróneo; por
supuesto que nadie puede discutir el lugar que ocupa hoy Mauricio
Macri, pero dicho lugar debe revalidarlo ahora desde otro lugar, el de pretendiente a jefe de
la oposición. El tiempo nos dirá como se
desarrollaran los acontecimientos y si Mauricio
Macri, logra consolidarse como jefe opositor al gobierno de Alberto
Fernández o si por el contrario, su destino lo posiciona como el primer presidente que intento lograr sin éxito su reelección.
El final queda abierto.
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